Testimonios
Testimonios de mis pacientes
D, 31 años
Empecé las sesiones con Vanesa en un momento en el que estaba bastante vulnerable, tras la pandemia, donde todo me afectaba mucho. Ella me ayudó a parar y pensar en las cosas desde otro punto de vista. Poco a poco lo he ido aplicando a mi día a día y me ha ayudado a afrontar las situaciones de otra manera. Lo más importante que ha cambiado es la forma en la que entiendo mis sensaciones y sentimientos. A veces tendemos a taparlos por no afrontarlos, lo cual solo hace que las cosas empeoren. Ahora me cuido más, fuerzo menos las situaciones o relaciones si no me aportan, y si un día tengo un mal día me paro a entender cómo me siento, en vez de pretender que no pasa nada.
Opino que todo el mundo tiene en más o menos medida aspectos de su vida que querrían mejorar, para estar más agusto con uno mismo, y por ello siempre recomendaría el empezar este proceso. Hay ocasiones donde no ves el progreso, pero según pasa el tiempo y miras atrás sí que ves las mejoras que has conseguido y por lo que vale la pena.
P, 26 años
La terapia me ha devuelto la capacidad de continuar con mi vida ya que me ha enseñado a aceptar situaciones y saber gestionarlas.
He aprendido a gestionar mejor mis emociones; aprender a tener herramientas y saber estar ante ellas.
Mi vida ha cambiado muchísimo, saber detectar ciertos tipos de pensamientos que no me ayudaban en nada, a vivir menos angustiado, más tranquilo, a canalizar emociones, a conocerme mejor a mí misma…
Ha sido un proceso muy duro, pero en el cual he aprendido a no huir así del problema, cosa que me hacía sentir infeliz, si no a verlo con esa claridad y dureza que era necesaria.
Si alguien está pensando en empezar terapia le diría que invierta en su salud mental, que un psicólogo nos pone los pies en la tierra, nos orienta, nos ayuda a relativizar esos pensamientos horribles y por tanto, a no seguir alimentando un círculo negativo en nuestra vida.
E, 35 años
Tras pasar el COVID ingresado, en la peor época de la pandemia, y encerrado en casa empecé a tener miedo a situaciones irracionales y a obsesionarme con el control. Esas situaciones dictaban el tiempo de mi día a día, un ejemplo claro era cuando iba a trabajar ya que tenía que prepararme hasta una hora antes para cumplir con mi ritual de comprobaciones compulsivas y poder llegar a tiempo.
A estas comprobaciones se iban uniendo otras, como inseguridad en mis acciones o el desconfiar de personas, aunque fuesen muy cercanas.
Cuando me di cuenta de que me estaba alejando de las personas que quiero y que mi afán de control hacía el efecto contrario perdiendo las riendas de mi vida, decidí buscar ayuda.
Miré y hablé con diferentes personas y a través de un contacto encontré a Vanesa. Tras una charla inicial con ella, su método y cercanía me convenció para trabajar juntos.
Las primeras sesiones fueron como una montaña rusa. Salía muy reconfortado y con fuerzas, pero también con los miedos a flor de piel. Después de cuatro semanas vi por primera vez el resultado de nuestro trabajo juntos, empecé a bajar la ansiedad y a controlar mis impulsos de control aplicando sus consejos.
Las sesiones fueron pasando y cada vez era más fuerte y retomaba el control de forma real. Y aunque al principio era escéptico y pensaba que nadie me iba a comprender, el buscar ayuda fue la mejor decisión que pude tomar.
El miedo, la vergüenza y el estigma de ver a un psicólogo a veces nos frena en pedir una ayuda que necesitamos. ¿Acaso cuando nos duele algo no vamos al médico? Mi dolor era interno e invisible, pero, aunque no se viese estaba ahí alterando mi vida y mi entorno. Mi dolor era real y mi dolor también lo sentían los que más me querían.
Y aunque mi lucha de ser fuerte es a diario, doy gracias de haber tenido el valor de salir de las sombras y pedir ayuda.
Porque la salud mental también es salud.
S, 37 años
Trabajar con Vanesa ha sido lo mejor que me ha pasado en los últimos años. Me costó dar el paso, pero no puedo estar más feliz de haber iniciado este proceso con ella. Es muy cercana y amable, y gracias a ella hoy puedo decir que he entendido lo que me pasa, he aprendido a identificar y usar emociones, y tengo herramientas para gestionar mucho mejor el día a día. Yo tenía un mundo interno al que no me gustaba mucho ir, por traumas vividos en el pasado. Ahora puedo utilizar eso para seguir aprendiendo y soy capaz de recordarlo sin revivirlo.
Demasiadas veces llegaba al punto de descuidar mi autocuidado básico. Ahora me doy mi tiempo para reconectar cuando lo necesito. Ha cambiado mucho la forma en la que me relaciono con las personas, y he sabido poner límites a algunas que no me hacían bien. Creo que resumir todo el trabajo que Vanesa ha realizado conmigo en un texto así es imposible, solo puedo decir que, si estás pensando en buscar una
terapeuta que te ayude, ella es una de las mejores.
E, 38 años
La experiencia de la terapia ha sido y está siendo muy gratificante, porque he aprendido a conocerme mejor. Y sigo en ello, porque sé que esto es a largo plazo y cada día hay algo nuevo.
Ir a terapia ha cambiado el modo de percibirme y poco a poco sigo mejorando mi dialogo interno. Ya no me quiero marchar de este mundo con tanta asiduidad. Con eso, ya lo digo todo. Y cuando tengo estos pensamientos ahora lo percibo de forma distinta, algo en mí ha cambiado.
Aunque no está siendo fácil porque todavía tengo días malos y es complicado revivir o revisionar ciertos eventos traumáticos de forma consciente cuando no se quiere mirar dentro, sé que todo ha sido y es con el propósito de mejorar.
I. 32 años
Siempre viene bien tener a una persona que objetivamente puede reconducirte, darte consejos y herramientas de cómo enfrentar las cosas, como salir de tu zona de confort, aprender y dejarte sentir, etc. En mi caso al costarme tanto mostrar mis emociones he de reconocer que no siempre ha sido agradable pero siempre me siento mejor cuando lo hago, aunque me cueste. He aprendido a protegerme, a pensar en mí y priorizarme y a hacerme feliz.
Mi vida ha cambiado muchísima. No soy la misma persona, ni pienso de la misma manera. Cada día tengo más claro que es lo que busco, lo que quiero y sobre todo lo que necesito para estar bien, en paz, y ser feliz.
Al igual que nos cuidamos de otras formas, también hay que cuidar la mente, y todo irá a mejor y aprenderá muchísimo.
M. 32 años
Para mí ha sido todo un viaje hacia mí misma, estamos en continuo aprendizaje y cuanto más nos conozcamos, más entenderemos muchas cosas y mejores decisiones podremos tomar; decisiones en concordancia con lo que va bien con nosotros, alineadas con nuestros valores y nuestras necesidades.
Mi vida ha cambiado en el sentido de priorizar mucho más mi salud y mi bienestar, en ser más compasiva conmigo misma y a saber perdonarme también.
Me he sentido acompañada y comprendida por Vanesa.
V. 22 años
“Mi proceso de terapia con Vanesa ha sido un punto de inflexión en mi vida. Me ha ayudado a gestionar mejor mis emociones y entre otras cosas, la ansiedad que padecía. Desde luego Vanesa ha sido parte de un gran cambio en mi vida, después de pasar por la terapia gracias a sus herramientas. A cualquiera que esté pensando en empezar a terapia le recomiendo que lo haga con ella, es una gran profesional que se preocupa mucho por sus pacientes y el tipo de terapia que realiza para mí ha sido el más efectivo. Siento que después de la terapia mi vida ha cambiado totalmente”
C. 28 años
«Mi experiencia con Vanesa ha sido excelente. Por motivos de traslado a otra ciudad y de que conmigo no encaja la terapia online, no he podido continuar la terapia con ella, pero el año que he estado en terapia ha sido un tiempo de progreso, de aprendizaje y de conocerme a mí misma, atender a mis necesidades y aprender a poner límites. Vanesa se preocupa mucho por el progreso personal y estudia con dedicación los casos personales para continuar por el camino más acertado. Un 10.
Vanesa, muchas gracias por tu dedicación y paciencia y por permitirme desatar mi rabia contra tus cojines jajaja.»
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